Los 24 implicados procesados por los bárbaros delitos cometidos en noviembre de 2010 en los sangrientos acontecimiéntos de Izik de Gdeim fueron condenados a penas menos severas de lo esperado.
El tribunal militar de Rabat dio prununcio la madrugada del domingo el veredicto terminando un prceso con un gran estruendo mediàtico grandes debido a la obstinación de algunos activistas y ONG de defensa de los derechos humanos de las abiertamente alineados las tésis separatistas del Polisario.
Ocho acusados fueron, de hecho, condenados a cadena perpetua. La misma pena se impuso in absentia, a un noveno acusado actualmente en fuga. Los otros 16 acusados fueron condenados a penas de prisión que van de 2 a 30 años, en el momento en que los observadores y activistas de derechos humanos que siguiàn el juicio, esperaban el pronunciamiento de penas capitales.
Los demandados fueron acusados de asesinato de once militares marroquíés y la mutilación de sus cuerpos durante los violentos enfrentamientos habiéndo opuesto entre octubre / noviembre de 2010, las fuerzas del orden y a hordas desatadas en el momento del desmantelamiento del campamento de tiendas de campaña levantadas por los residentes de El Aaiún, se reunieron en Gdeim Izik para expresar demandas sociales (derecho a la vivienda y empleo).
Los cargos retenidos contra los acusados por «constitución de bandas criminales, violencia sobre las fuerzas del orden habiéndo causado la muerte con premeditación y la mutilación de cadáveres», conducia, a ojos de las leyes del reino, directamente a una sentencia muerto.
Pero debido a la sensibilidad de la cuestion del Sahara, cuyo asunto es tratado a alto nivel en las Naciones Unidas (ONU), los jueces a cargo de este caso han optado por penas de cadena perpetua en lugar de la pena capital.
Sin embargo, las pruebas (fotografías y vídeos) presentadas en el juicio que comenzó el 1 de febrero, fueron tan convincentes y abrumadoras hasta el punto de no dejar lugar a dudas sobre la culpabilidad de los 24 acusados.
Incluso los observadores y activistas de defensa de derechos humanos, que antes del juicio, defendiàn la inocencia de los acusados, fueron profundamente chocados por las imágenes probando los atroces crimenes cometidos.
La fiscalía ha de hecho expuesto al público una serie de fotografías que muestran algunos de los acusados vestidos con uniforme en período de entrenamiento militar en los campamentos del Polisario en Tinduf (suroeste de Argelia).
La asistencia, ha tenido igualmente derecho a otras fotos y videos que muestran cómo los once miembros de la gendarmería y de las fuerzas auxiliares, fueron brutalmente degollados al estilo de los terroristas de Al Qaeda y sus cuerpos mutilados por miembros vestidos de uniforme militar y con armas blancas.
A la luz de las horribles macabras escenas los observadores extranjeros, periodistas y activistas de derechos humanos presentes en la Corte, terminaron por admitir que era en realidad se trata de una banda criminal teleguiada desde el exterior y no de activistas que militaban como pretendido, para la independencia del Sáhara Occidental.