Marruecos ha expresado en Ginebra, en su calidad de miembro del CDH, su preocupación por el deterioro de los derechos humanos en Argelia.
Hablando en una reunión del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, que se celebró el lunes en Ginebra en el marco de la sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH), el encargado de negocios de Marruecos, Hassan Bukili llamó la atención sobre la situación de deterioro de los derechos humanos, en particular en el Cabildeo, en Ghardaya y en los campamentos de Tinduf controlados por el Polisario.
«Nos hubiera gustado que el informe de puesta al dia del Alto Comisionado aborde esta triple situación», dijo el diplomático marroquí en respuesta a una intervención del embajador de Argelia en Ginebra, que evocó «la situación de los derechos humanos,»en el Sahara marroquí «en términos políticos tendenciosos.»
Por otra parte, este tema se convirtió durante mucho tiempo, en un leitmotiv en la jerga de responsables argelinos diplomáticos que participan en Marruecos, una guerra sin gracias a raíz en la disputa territorial entre el Reino y el movimiento separatista saharaui.
Hassan Bukili denunció como tal, el discurso «estéril» de la diplomacia argelina en materia de derechos humanos en el Sahara, invitando a los responsables de Argel a preocuparse màs por las violaciónes cometidas en su propio territorio y campamentos de Tinduf.
«Pido al embajador argelino de evitar cualquier discusión tan estéril como vergonzosa para el nuevo Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el Presidente del Consejo de Derechos Humanos ya todas las delegaciones,» -, argumentó.
El diplomático marroquí incluso ha pedido a Argelia de participar con sinceridad y de manera constructiva en la búsqueda de una solución política consensuada al diferendo regional sobre el Sahara, en el marco de las resoluciones de la ONU.
En resumen, el gobierno argelino proclama en cada oportunidad, la neutralidad en un conflicto que ha por tanto fabricado con la preciosa ayuda económica y militar del antiguo régimen libio de Muammar Gaddafi. Sobre el terreno, los hechos demuestran lo contrario. Las fronteras entre los dos países han sido cerradas durante casi dos décadas y los dirigentes argelinos nunca han fallado en su apoyo material, financiero y diplomático a los separatistas del Polisario.