Un alto cuadro del Polisario filtró del cuartel general del frente independentista saharaui en Rabuni documentos clasificados y que revelan las formas de tortura que sufren los saharauis y los mauritanos en las cárceles del Polisario en el desierto argelino.
Estos documentos confidenciales revelan graves violaciones de los derechos humanos por parte de los torturadores del Polisario en los campamentos de Tinduf, bajo la mirada pasiva y benévola del ejército y las autoridades argelinas, país de acogida.
Los dirigentes del Polisario atravesaban un mal momento desde la fuga la semana pasada, de la prisión de Tifariti, de 19 detenidos de las provincias del sur de Marruecos que cumplían penas de entre 15 a 16 años por presunto tráfico de drogas.
El nuevo asunto debería realmente poner incómodo, la dirección del Polisario sobre todo que dichos documentos confidenciales sobre las prácticas de los carceleros de Tinduf, fueron enviados a Mauritania para ser entregados a las ONG internacionales de defensa de los derechos humanos.
De acuerdo con un diario marroquí, uno de los mandos del Polisario sacó de los campos de Tinduf documentos comprometedores, y los entregó a un activista del Movimiento Jóvenes por el Cambio (MJPC), una corriente disidente del Polisario, que huyó a Mauritania.
Los llamados documentos confidenciales proporcionan pruebas irrefutables de las prácticas inhumanas de los que son víctimas los civiles en la famosa prisión de Errachid. Este lugar ha sido frecuentemente denunciado por los sobrevivientes de los campos, que afirman haber sido salvajemente torturados y gravemente violados en sus derechos y dignidad.
Los documentos filtrados también incluyen, según el periódico, detalles sobre la identidad de los perpetradores de estos abusos.
Además de la mayor parte de los torturadores del Polisario son ya conocidos, como los informes de las ONG internacionales que citan el testimonio de algunas de las víctimas, mencionan los nombres de los responsables de alto nivel del Polisario de tales abusos, entre ellos Bachir Mustafa Sayed, Mohamed Lamine Buhali y el actual dirigente del frente, Ibrahim Ghali.
Este último es objeto de una orden de detención emitida por los tribunales españoles por su probada participación en actos de tortura, violación o incluso crímenes de lesa humanidad.