Marruecos, después de retirar su confianza en el enviado personal del Secretario General para el Sáhara Christopher Ross, ahora exije una solución política consensuada al conflicto del Sáhara Occidental. El gobierno marroquí exige también de los mediadores de la ONU de ser neutrales e imparciales.
A pesar del bloqueo del cuàl sufren actualmente las negociaciones informales que condujeron al callejón sin salida después de nueve rondas dirigidas por Christopher Ross, Marruecos sigue mostrando su compromiso de trabajar a nivel diplomático, para confirmar la seriedad y la credibilidad de su propuesta sobre la cuestión del Sahara. El Reino está a la espera una posición oficial de las Naciones Unidas sobre la reanudación de las negociaciones.
Las conversaciones informales entre Marruecos y el Frente Polisario, que tienen lugar bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con presencia en calidad de observadores, de representantes de Argelia y Mauritania, deberiàn normalmente llevar a negociaciones directas para lograr una solución definitiva del Sahara.
Las nueve rondas de conversaciones informales celebradas desde el verano de 2009, no han registrado ningún progreso tangible. Este es uno de los agravios que Rabat mantiene contra Christopher Ross, cuyo predecesor, Peter Van Walsum, se vio obligado a dimitir bajo la presión del Frente Polisario y Argelia, después de declarar en abril de 2008 que el referéndum de audeterminación no estaba en su opinión, «una meta alcanzable» y una «. Sáhara Occidental independiente no era una propuesta realista» Walsum tenía una visión clara ya que cuatro años màs tarde las negociaciones perduran y la única solución que recoje hasta està fecha, màs consenso a nivel internacional, la propuesta de una amplia autonomía bajo soberanía marroquí. A buen entendedor: Una palabra basta.