En Argelia, la represión de las protestas contra la explotación de gas de esquisto en el Sahara argelino ha hecho reaccionar los partidos de la oposición y las ONG que denuncian los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad, sobre todo después de la muerte de un joven manifestante.
Todo comenzó después del anuncio de las autoridades de la finalización de la primera operación para la explotación de gas de esquisto en el sur de Argelia. Un anuncio que provocó una ola de protestas lideradas por la población local. Para los residentes, el proyecto presagia un desastre ecológico en la región. Las consecuencias son incalculables al medio ambiente, especialmente los recursos hídricos, ya limitados en estas zonas saharianas, argumentan las ONG locales.
Desencadenada el 4 de enero a Ain Salah, a unos 1300 km al sur de Argel, el movimiento de protesta se ha extendido a Tamanrasset, El Ménéa, In Ghar. Las autoridades de Argel que avanzan argumentos económicos para justificar la explotacion polémica del gas de esquisto, han favorecido la manera màs fuerte. Más de 3.000 miembros de las fuerzas de seguridad enviados como refuerzo al para lugar, los manifestantes respondieron con una violenta represión.
Como reacción a la furia represiva, los partidos de la oposición han condenado enérgicamente las acciones brutales contra el pueblo. El RCD particularmente condenó «en los términos más enérgicos la ofensiva contra los habitantes del sur.»
Estas intervenciones agresivas de los antidisturbios han agravado la situación en el sur. Un área sacudida regularmente por la violencia mortal a Ghardaia entre habitantes Mozabites y árabes, que dejó varios muertos y heridos. La actualidad de las regiones saharianas también está marcada por los movimientos sociales, provocados por los jóvenes desempleados y los habitantes que se quejan de la marginación y el desprecio de las autoridades de Argel hacia ellos.