El enviado del SG de la ONU para el Sahara, Christopher Ross ha admitido finalmente el fracaso de su mediación en el conflicto del Sáhara Occidental y sus esfuerzos para reactivar el proceso de negociaciones de paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
En una sesión de «audiencia» que tuvo lugar el martes en sesión a puerta cerrada en Nueva York, por el Consejo de Seguridad, Christopher Ross, ex embajador estadounidense en Argel, finalmente admitió que la solución de la disputa territorial en torno al Sahara Occidental está en «callejón sin salida».
De hecho, Ross arrastró esta carpeta sin ningún resultado concreto desde que heredó en 2009 de su predecesor, el diplomático holandés Peter Van Walsum. Para recapitular este último se vió obligado a dimitir bajo la presión del lobby de Argelia, después de llegar a la conclusión de que la opción de «referéndum de autodeterminación» reivindicado por el Frente Polisario y defendido ciegamente por el régimen argelino, era prácticamente «poco realista» y «poco práctico».
Después de cuatro rondas de conversaciones pilotadas entre agosto de 2007 y el verano de 2008 por Walsum, Christopher Ross ha estado dirigiendo desde su nombramiento, nueve rondas de conversaciones informales sin haber logrado reunir a los protagonistas alrededor de la misma mesa para unas negociaciones directas.
En opinión de las autoridades marroquíés, este fracaso es atribuible al diplomático estadounidense cuyo sesgo ha estado siempre en la mediación escuchando a los dirigentes argelinos que proclaman su neutralidad en este conflicto y a sus protegidos en el seno del Polisario más que al Reino de Marruecos, que es el primero que se trate en este tema que pone en entredicho su soberanía e integridad territorial.
En este contexto, dijo un diplomático español en la ONU, Marruecos tiene el derecho de elegir a sus socios antes de participar en cualquier negociación podiéndo un fin rápido al clavario de miles de sus ciudadanos saharauis retenidos contra su voluntad en el árido desierto de Argelia.