Parlamentarios latinoamericanos denuncian el maltrato a la mujer en Tinduf

forum-tindouf-parlementairesParlamentarios de América Central y el Caribe reunidos en Rabat, denunciaron vivamente las condiciones de vida terribles de las mujeres en los campamentos de Tinduf y pidiéron la intervención de Ban Ki-moon, para poner fin su calvario.

Los parlamentarios latinoamericanos también criticaron la malversación de la ayuda humanitaria por los dirigentes y dignatarios del Polisario cuando la mayoría de los habitantes del campamento, incluidas las mujeres y niños sufren de desnutrición y de enfermedades.

En un comunicado, hecho público el 26 de mayo, después de su primera reunión en Rabat, los participantes en el Foro de Presidentes de los Parlamentos de Centroamérica y el Caribe (FORPEL), donde Marruecos es miembro observador, envió un mensaje al Secretario General de la ONU, para pedirle que ponga presión sobre el Polisario para poner fin a la situación de las mujeres saharauis y la práctica de la esclavitud impuesta sobre la poblacion de estos campamentos.

En un texto conjunto, titulado «Declaración de Rabat» y firmado el nombre de FORPEL, los parlamentarios, miembros de la Comisión de Paridad e Igualdad de Oportunidades entre Marruecos y Centroamérica y la Cuenca del Caribe, llaman a las mujeres de sus respectivos países a solidarizarse con sus hermanas saharauis retenidas contra su voluntad en el desierto argelino.

Destacaron además la necesidad de un frente común contra la trata de seres humanos, en boga en los campamentos, una práctica heredada de los días infames de la esclavitud.

También sonaron la alarma acerca de las condiciones de vida en los campamentos que continúan deteriorándose, advirtiendo contra las salvajes y prácticas inhumanas como el secuestro, la tortura, la represión, la violación y los matrimonios forzados, que afectan a las mujeres en Tinduf.

Además de estar muertos de hambre y sometidos a detención arbitraria, informa el mensaje, estas mujeres a menudo son obligadas a la deportación forzada de sus hijos, a España y algunos países latinoamericanos como Cuba, y el reclutamiento obligatorio de sus maridos en las milicias armadas del Polisario.

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