Regularmente, organizaciones no gubernamentales hacen el desplazamiento en el sur de Marruecos con el fin de evaluar la situacion de los derechos humanos en ésta region que es objeto de un contencioso entre Marruecos y el Frente Polisario desde 1975. Si el Reino de Marruecos aun tiene camino que recorrer para que la situacion de los derechos humanos en ésos territorios pueda llegar a los estàndares internacionales exijibles, pero también hay que reconocer que el camino recorrido agrada a los observadores y la libertad de tono pràcticada por los habitàntes del Sàhara marca las almas. Asi pués, los Saharauiés viviendo en el Sàhara Occidental no se privàn para criticar las autoridades locales y nacionales, sin que sus revendicaciones hagan objeto de sanciones. Màs raro aun, desde comienzos de año, hemos podido constatar una ola de retornos sin precedentes de Saharauiés dejando los « Mukhayamat » de Tinduf dirigidos por el Frente Polisario, con el fin de regresar a Marruecos.
Elevàndose a 1000 desde marzo del 2010, todos los retornàntes estimàn que la situacion de los derechos humanos en Marruecos es « sin comun medida » con la de los campamentos de Tinduf, puestos bajo la proteccion del ejercito argelino y de la milicia del movimiento frontista. Las ONGS internaciuonales se vén de hecho sistemàticamente prohibidas de frànquear el balizage que les es transmitido a raiz de su llegada en los campamentos, bajo pena de verles rechazada el renovamiento de sus acreditaciones o de sus visados. Del lado Marroqui, parece que las autoridades han tomado la medida del desafio que ha, relevado en términos de respeto de las libertades, y quieren mostrar su apertura autorizando los actores asociativos asi como la sociedad civil a jugar plenamente sus papeles de catalizadores del progreso en el Sàhara Occidental.