En un momento en que han comenzado los preparativos para la celebración en marzo de una nueva ronda de negociaciones informales entre Marruecos y el Polisario, la persecución de los saharauis de Tinduf favorables al plan de autonomía para el Sáhara Occidental, continúa sin cesar. Los dirigentes del Polisario han fortalecido el acorralamiento de los campamentos en territorio argelino y una vigilancia intensificada de los elementos sospechosos de simpatizar con el disidente del Frente Polisario Mustafa Salma.
Decenas de saharauis se ven impedidos de moverse dentro de los campamentos para evitar el contacto entre ellos y sofocar las acciones de coordinación entre los oponentes.
Las organizaciones internacionales de grupos de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han condenado reiteradamente éstas violaciónes de los derechos humanos. En su informe del 2011, Human Rights Watch ha señalado la «violaciónes de los derechos humanos cometidos por el Polisario». Violaciónes sufrido por varios disidentes saharauis, especialmente Mustafa Salma.
El ex responsable del Polisario que fue detenido y torturado antes de ser simplemente expulsado a Mauritania por atreverse a defender la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. El Polisario ayudado por Argelia, que apoya y alberga el movimiento separatista en su territorio, hasta ahora ha permanecido sordo a las llamadas de Mustafa Salma para volver a los campamentos de Tinduf con sus hijos. Desde su exilio forzoso, Mustafa Salma pidió al ACNUR que ejerza presión sobre el Polisario y Argelia con el fin de permitirle encontrar a su familia y romper el bloqueo impuesto a los saharauis de Tinduf. Por su lado, la organizacion Human Rights Watch hizo hincapié en la responsabilidad de Argel en la «garantía de los derechos de todas las personas sobre su territorio.»