La historia del disidente del Polisario, Mustafa Salma Ueld Sidi Mulud, merece la pena de ser conocida ya que es reveladora de un doloroso problema de los derechos humanos. Es, lo que dijo Joseph Grieboski, presidente del Instituto Americano para la Religión y Política Pública (IRPF). En una entrevista con la publicación estadounidense » The Times Tribune», Joseph Grieboski ha deseado conocer a Mustafa Salma a fin de contar su historia. Una historia que podría ser el ejemplo de violaciónes de los derechos humanos cometidos por el Polisario en los campamentos de Tinduf, en territorio argelino. Mustafa Salma, que era sin embargo un alto responsable del Polisario, que fue detenido en septiembre de 2010 por haberse atrevido a defender el plan de autonomía para el Sáhara Occidental propuesto por Marruecos.
Después de varias semanas de detención bajo tortura, fue finalmente liberado en diciembre de ése año. Esta libertad reencontrada gracias a una campaña de medios de comunicación internacionales y una fuerte movilización de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, incluyendo Human Rights Watch y Amnistía Internacional , ha quedado sin embargo inconclusa. Mustafa Salma fue enviado de vuelta a Mauritania, a pesar de sus protestas y las reiteradas peticiones del ACNUR para ejercer presión sobre el Polisario y Argelia para que pueda encontrar a su esposa e hijos en Tinduf. Es el calvario no sólo de un hombre y su familia, sino también de miles de otras familias que sufren en los campamentos saharauis de Tinduf, en la indiferencia general de la comunidad internacional. Es ésta la historia que quiere contar José Grieboski. Porque, dice, «puede ayudar a destacar algunas de las atrocidades que se cometen, que esperamos lléve a la gente decir que éste conflicto debe terminar.»