Los jóvenes saharauis en Tinduf, un depósito de mercenarios para AQMI

El desempleo, la desesperación, la precariedad y la incertidumbre son las palabras clave en los jóvenes saharauis que nacieron y crecieron en los campamentos de Tinduf en el suroeste de Argelia. Peor aún, estos jóvenes son ahora, según un especialista de EE.UU. en asuntos de terrorismo, un depósito para la franquicia de la red terrorista Al Qaeda. Gracias a sus reclutamientos entre estos jóvenes desesperados, advierte Richard Minter, autor de varios libros sobre el terrorismo, la red terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) aspira a ampliar su red de terror en todo el Magreb y el Sahel. Autor de dos best-sellers, titulados «Losing Bin Laden» (Perder Bin Laden) y «Shadow War» (Guerra de la Sombra), Richard Miniter no duda en un análisis publicado por los medios de comunicación anglo-sajones, para advertir contra los peligros planteados por el aumento en potencia de AQMI en el norte de África, en particular los intereses estratégicos de los Estados Unidos.

Richard Miniter, que conoce bien la zona que visitó en varias ocasiones los campamentos de Tinduf, se lamenta de las condiciones de vida abjectas y precarias en las cuàles vive la población saharaui en los campamentos de fortuna erigidos en medio del desierto argelino. Su único sueño, dice, es que llegue el día en que puedan salir de este infierno para volver a Marruecos, país de origen. En un informe anterior sobre los campamentos de Tinduf, Miniter había descrito un entorno «sin ley, donde los líderes de los separatistas no garantizan un mínimo de orden, una situación agravada por la falta de infraestructuras y la falta de poder legítimo. » Las personas retenidas contra su voluntad en ésos campamentos, dice, «tienen buenas razones para querer escapar del (…) ambiente precario que está en las garras de un sistema dictatorial recordàndo Alemania Oriental en la época de la Guerra Fría. » Por todas estàs razones, dice, que miles de saharauis han logrado escapar de su lugar de reclusión, desafiando todos los riesgos y amenazas de represalias por parte de los responsables del Polisario. Para Miniter los dirigentes del Polisario y su jefe Mohamed Abdelaziz, tiene «un interés económico en el deseo de perpetuar el status quo, incluso a costa del sufrimiento humano. Cualquier solución para ellos, significa el cese de la ayuda humanitaria, la única fuente de enriquecimiento, dice Richard Miniter antes de concluir que «Es una apuesta segura que el dinero, la política y la credulidad son fundamentales para la perpetuación de los conflictos innecesarios.»

 

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