El Quai d’Orsay lamenta el bloqueo de las conversaciones informales sobre el Sahara

La lentitud y la falta de progresos en las conversaciones informales sobre el conflicto del Sáhara, que se encuentran en la octava ronda, que se celebró del 19 de julio a 21 en Manhasset, cerca de Nueva York, es lamentada en todas partes. En Francia, la clase dirigente, estimando siempre que éste bloqueo «no es de interés de nadie», rindió homenaje, sin embargo, la continuación de las negociaciones para «una solución política realista» al conflicto del Sahara que ha durado más de 36. «Apoyamos la continuación de las negociaciones y elogiamos el trabajo de Christopher Ross (enviado personal del secretario general de la ONU para el Sahara) para lograr una solución política realista, duradera y mutuamente aceptable para todas las partes» , dijo el viernes pasado, el portavoz del Quai d’Orsay Bernard Valero. La reacción de la diplomacia francesa viene a raíz de la declaración emitida el viernes por el Enviado Personal del Secretario General de la ONU en el Sahara.

Este ultimo ha tenido que precisar que en las rondas anteriores, que «al final de la reunión, cada parte continuó rechazando la propuesta del otro como base única de las futuras negociaciones, al mismo tiempo reiteràndo sus compromiso de trabajar juntos para encontrar una solución política de acuerdo con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. » Para París, «la persistencia de un bloque no es del interés de nadie», dijo Valero, señalando que esta nueva sesión del diálogo informal sobre el Sahara es parte de un proceso de negociaciones de, «gràn paciencia dirigido por el Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas. » El portavoz del Quai d’Orsay ha a pesar de todo para felicitado a las partes de haber acordado de  «continuar con éste diálogo en septiembre», después de la sesión de otoño de la Asamblea General de la ONU. A la espera de que medidas concretas surgàn de estas discusiones, miles de marroquíes saharauis de las provincias del sur del Reino siguen viviendo en los campamentos de Tinduf, en una precariedad absoluta y en un aislamiento casi total-del resto del mundo.

 

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