En los campamentos de refugiados de Tinduf, ya no hay más que los jóvenes que exigen la salida de los actuales dirigentes del Frente Polisario, las mujeres saharauis, se han sumado para expresarse sobre el tema. La Direccion del Polisario encabezada por Mohamed Abdelaziz, està más que nunca, cuestionada por amplios sectores de la población saharaui en Tinduf. En un principio, eran sólo los jóvenes desempleados que se atrevierón a aventurarse en este campo de minas, pero desde el comienzo de la primavera árabe las contestaciones y revendicaciones controversias son apoyadas por otros sectores de la población. Las mujeres saharauis durante mucho tiempo reprimidas y obligadas a guardar silencio, decidieron de forjar ellas mismas su propio destino. Para acostumbrarse a él, decenas de activistas flàqueadas de mujeres saharauisamas del hogar, han creado un grupo denominado «La coordinadora de las mujeres saharauis para el cambio del régimen».
La joven organización se ha fijado el objetivo de rendir justicia a la mujer saharaui a través de reformas radicales que sólo se pueden lograr con la salida de Abdelaziz y sus secuaces. En un comunicado, cuya copia recibimos recientemente, la Coordinadora dice que ahora es el momento de cambiar. «El silencio abyecto y latente», que ha sido impuesto a la mujer saharaui, no tiene ningún sentido de existir.Se trata, agrega la misma fuente, de un acto cómplice de los crímenes cometidos a diario, los dirigentes del Polisario durante casi cuatro décadas. La consigna de «vete» está en todas partes presente sobre las lenguas, las paredes, banderas e incluso en las carreteras que conducen a la sede del Frente Polisario en el campamento de Hassi Rabuni. Estos levantamientos repetidos en los campamentos, leemos en el comunicado, son una expresión de asco y la desesperación que sienten los refugiados saharauis, después de haber perdido la fé en sus líderes. Después de largos años de espera y de esperanza, la juventud y las mujeres saharauis habiéndo visto que las cosas no han cambiado ni un ápice, decidierón volverse en contra de sus líderes. A sus ojos, no hicieron nada para romper el punto muerto al rechazar cualquier solución que pueda poner fin a su exilio forzado, y su terrible calvario en el desierto argelino. Para estos numerosos contestatarios, la única manera de salir de éste atolladero es provocar la salida illico presto de los sempi-eternos líderes que manejan con mano de hierro su destino. Es en esta perspectiva que nace la coordinadora de las mujeres saharauis que solo tiene un deseo, aquél de poder abrazar la tierra de Sakia El Hamra y Oued Addahab y de poner fin una vez por todas, a 38 años de sufrimiento bajo la influencia de Mohamed Abdelaziz y su milicia armada