Es un verdadero grito del corazón que ha sido lanzado por muchos defensores de los derechos humanos ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra sobre la tragedia humanitaria que padecen miles de saharauis en los campamentos de Tinduf en Argelia.
Mantenidos como rehenes durante casi cuatro décadas, miles de saharauis están pagando por el enfrentamiento entre Marruecos y Argelia sobre el Sahara Occidental, a través del Frente Polisario, el Frente armado por Argel. Ante el CDH , reunido en el marco de su 24 ªsesion en Ginebra, dos ONG han llamado la atención sobre los peligros de mantener el status quo en los campamentos de Tinduf, que son verdaderas áreas de anarquía en Argelia.
Los derechos humanos son diariamente violados y los saharauis que allí son retenidos bajo el implacable control del Polisario se ven privados del minimo derecho a la libertad de expresión y la libertad de movimiento. Prohibidos de salir de los campamentos, los saharauis languidecen en ésos campamentos y cualquier oposición a la línea del Polisario es despiadadamente reprimida.
El objetivo de esta represión es en su mayoría los saharauis que desafían la prohibición y expresàn públicamente su apoyo al plan de autonomia propuesto por Marruecos en el Sahara Occidental. Indignados por esta situación que ha durado décadas, los defensores de derechos humanos han insistido en la urgencia de comenzar por identificar a los saharauis que viven como verdaderos cautivos en los campamentos.
La misma indignación fue expresada por la activista saharaui de derechos humanos Saadani Maoulainine. Ella misma víctima de la deportación a Cuba cuando aun era una niña. Este es también el destino de muchos niños saharauis que son arrancados por la fuerza de sus padres y enviados por el Polisario, con la bendición de Argelia, al país de Fidel Castro. Es recordàndo todas las penas soportadas que Saadani Maoulainine defendio ante el CDH para una ayuda de la comunidad internacional para que los saharauis detenidos en los campamentos de Tinduf. Las mujeres, en particular, necesitàn de este apoyo, porque soportan en silencio toda clase de privaciones, insiste Saadani Maoulainine.