Los medios de comunicación argelinos quedaron con su hambre, llamando al jefe de la diplomacia china que se demostrado al contrario de lo que esperaban, muy poco hablador sobre las cuestiones del conflicto del Sáhara Occidental.
Hostigado por las preguntas de los periodistas argelinos sobre la posición de su país respecto cara a éste conflicto, el ministro chino de Relaciones Exteriores Wang Yi, de visitaen Argelia, se ha cortésmente limitado a afirmar que la cuestión del Sahara «afecta a la solidaridad entre los países del Magreb y la integración de la región.» Este problema, dijo, debe » solucionarse en el marco de las resoluciones de la ONU «, y agregó que «China está dispuesta a desempeñar un papel constructivo en este contexto.»
Sin embargo, durante su viaje a Marruecos, Wang Li era comprensivo con respecto a la posición y las preocupaciones del Reino, y agregó que su país llama a no atentar contra la integridad territorial de los Estados y el respeto su soberanía.
China y Marruecos, dice, » comparten una posición común, que es de no socavar la integridad territorial de los Estados y de no injerirse en sus asuntos internos y respetar su soberanía.» El Ministro Chino acogió con satisfacción, la coordinación bilateral entre los dos países, tanto en las Naciones Unidas como a nivel de otras organizaciones internacionales.
Wang Li, quién se encontraba de visita oficial del 22 al 24 de diciembre en Marruecos, también reiteró que la posición de China en la disputa territorial sobre el Sáhara Occidental, «es constante y no experimentó ningún cambio.»
China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, ha asegurado, seguirá desempeñando un papel constructivo, invitando a las partes en conflicto «al pragmatismo y la flexibilidad para continuar las negociaciones sobre la base de las resoluciones del Consejo de Seguridad, para lograr una paz justa, duradera y mutuamente aceptable».
A través de estas declaraciones, el jefe de la diplomacia china cortó indirectamente la hierba bajo los piés de los medios de comunicación y líderes argelinos que esperaban obtener del ministro chino, una posición favorable a la tésis separatista del Polisario.