La liberación de Mahyuba Hamdidaf, tras la presión internacional sobre Argel y Tinduf, desató una ola de protestas en los campamentos. En efecto, después de haber constatado la discriminación en la cual los presos de conciencia son tratados, y la manera en al que fue puesta en libertad Mahyuba, varios manifestantes se dirigieron a la Secretaría General del Frente Polisario, para exigir el respeto de sus derechos fundamentales, como el derecho a una mejor vida y los derechos humanos.
Como recordatorio, Mahyuba es una joven española nativa Tinduf fue secuestrada de su familia durante su estancia en los campamentos, para ser a la fuerza casada con un miembro de su familia. Después de haber conseguido ponerse en contacto con su familia en España, una gran campaña de movilización logró reunir 40.000 firmas, la cancelación de la ayuda de la ciudad de Valencia de (107 000 €) al Polisario, y la movilización de varias asociaciones saharauis en España.
Sentiéndose amenazada, la dirección del frente ha mandado al lugar a regimientos de la seguridad militar y de la policía, que dispersarón a los manifestantes por la fuerza. Jeques locales pidieron al padre de Mahyuba de venir a calmar a la multitud, pero sin éxito. Además, muchas personas no tienen ninguna noticia de sus familiares que parecen haber desaparecido.
Un vídeo de YouTube publicado recientemente muestra el testimonio de Maâta Ould M’Barek Ould Hmeidat víctima de la represión y, obviamente, en estado grave, que describe la secuencia de los acontecimientos, al tiempo que exige el respeto de los derechos humanos en los campamentos. Un informe reciente de Human Rights Watch condena las prácticas del Polisario que vé como «vestigios de la esclavitud.» El informe también acusa a Argelia de no proteger a los saharauis que se encuentran en su territorio, dejando a las milicias del Polisario actuar a su antojo. La dirección del Polisario es conocida por desviar la ayuda humanitaria internacional que se envía a los refugiados, y que «tránsita» por Argel antes de ser redistribuida. Los productos de primera necesidades destinados a los refugiados se encuentran en los mercados en Mauritania.
Hasta el momento hay un silencio cómplice de estos abusos por parte de las autoridades argelinas y de las ONG como el centro Robert Kennedy, conocido por seguir de cerca la situación de los saharauis en Argelia.