Los recientes propósitos indignados del jefe de la diplomacia argelina Ramtane Lamamra, quien acusó a la Unión europea de ingerencia por haber planteado la cuestión de las violaciónes de los derechos humanos en Argelia, es en realidad una reacción destinada para cortar con rapidez los informes y llamamientos alarmantes que remontan terreno en Argelia.
Amnistía Internacional, la Red Euromediterránea de la Red de Derechos Humanos (REMDH), la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y Solidar, habían apelado a la UE en vísperas de la celebración del Consejo de Asociación UE-Argelia en Bruselas a principios de junio. La apelación fue enviada a Federica Mogherini, la jefe de la diplomacia de la UE.
Para estas ONG internacionales, el ejercicio del derecho a la libertad de reunión y de manifestación sigue siendo «seriamente obstaculizado», aunque el estado de emergencia fue levantado hace cuatro años en Argelia. Las ONG pidieron la liberación de diez militantes, «detenidos arbitrariamente en Argelia durante meses», haciéndose eco de la resolución de urgencia del Parlamento Europeo del 30 de abril de 2015.
Las ONG también llamarón a la adopción de una legislación que «penaliza la violencia contra la mujer en todas sus formas.» Pidieron «eliminar todas las disposiciones discriminatorias contra la mujer en el Código de Familia.»
Por último, exigieron que se emita «sin demora, las visas a los representantes de las organizaciones internacionales de derechos humanos que piden visitar Argelia.»
En cuànto a la cuestión de la libertad de expresión, que fue planteada por la Liga Argelina de Derechos Humanos. En un informe, la LADDH responsabiliza el «Estado (que) gestiona y distribuye la publicidad.» Una influencia significativa para ejercer «un chantaje sobre los medios de comunicación cuando se trata de cuestiones claves, como la seguridad y la política exterior y económica». Las autoridades luego controlan la difusión de «la línea oficial y no toleran comentarios disidentes o reportajes críticos», acusa la LADDH.