Togo acaba de reafirmar su apoyo a Marruecos en la cuestión del Sahara Occidental, engrosando las filas de los países africanos que han retirado su reconocimiento a la República Saharaui, proclamada por el movimiento del Polisario en los años 70 con el apoyo de Argelia y la Libia Gaddafi.
La posición de Togo ha sido reiterada por Robert Dussey, el Ministro de Asuntos Exteriores de Togo, cuyo país apoya el proceso político liderado por la ONU para llegar a una solución de este conflicto regional, que sigue siendo alimentado por Argelia. Hoy en día, sólo hay una docena de países africanos que todavía apoyan la República de Polisario, que releva más del espejismo del Sahara que de la realidad concreta.
Este conflicto surgió de la rivalidad histórica entre Marruecos y Argelia, mantiene la región del Magreb en una inestabilidad crónica durante más de 40 años. La hostilidad entre los dos estados vecinos del Magreb resurgió en la última cumbre de la Unión Africana. En Johannesburgo, el jefe del gobierno argelino Abdelmalek Sellal atacó violentamente a Marruecos sobre el Sahara Occidental.
Una ofensiva enlazada por observadores a fracasos diplomáticos experimentados por Argelia en la ONU. En abril pasado, el Consejo de Seguridad no tomó en cuenta las peticiones de Argelia y del movimiento Polisario a favor de la ampliación de los poderes de la misión de la ONU en el Sáhara Occidental, la MINURSO.
Además, los observadores, la huida hacia delante del funcionario argelino es parte de una operación de desvío por los tenores del régimen. El objetivo es desviar la atención de la crisis de sucesión al Presidente Buteflika, enfermo, y las dificultades económicas que enfrenta actualmente Argelia debido a la desaceleración de los precios del petróleo en el mercado internacional.