En el momento en que Túnez acaba de celebrar el segundo anniversario de la caída del régimen de Ben Ali, el país no se ha recuperado completamente la calma y la violencia a menudo acompañada de violaciónes de derechos humanos se señala periódicamente. Un ministerio está dedicado a la protección de los derechos humanos en la Asamblea Constituyente estima que el proyecto de Constitución debe santuarizar el imperio de la ley. Sin embargo, artistas, activistas de derechos humanos, académicos continúan siendo objeto de acoso y amenazas, incluso de agresiones físicas de grupos islamistas y salafistas. Así que la situación actual de los derechos humanos en Túnez parece bastante paradójica.
Por un lado, el campo de la libertad se ha confirmado en gran parte por una legislación post-revolución que garantiza por primera vez una real libertad de expresión, asociación, etc. Las violaciónes, casi cotidianas de las libertades individuales cometidas al amparo de la misma expansión de las libertades. Kamal Jendoubi, el famoso oponente del régimen de Ben Ali y defensor de los derechos humanos, considera que «el espacio de libertad, que está abierto a todos los tunecinos también está abierto para las diferentes expresiones, incluidas las que nos hacen ir hacia atrás. «Por otra parte, los debates de la Asamblea Constituyente avanza lentamente y a veces se atasca debido a la resistencia de un partido en particular. Afortunadamente, las cuestiones críticas tales como los límites a la libertad de expresión y la «complementariedad» entre hombres y mujeres han sido eliminadas del texto y, finalmente, escapàndose de las luchas de otra época.