Dos ONG italianas denunciaron, Lunes, 21 de septiembre ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH), reunido en Ginebra, la extendida práctica de los matrimonios forzados en los campamentos de Tinduf.
Citando la información obtenida de las organizaciones internacionales, las dos ONG informan de «una triste realidad marcada por el matrimonio precoz y la violencia sexual contra las mujeres que se ven privadas de cualquier medio para denunciarlos».
De acuerdo con la ONG americana The Pacis Group, niñas no púberes, en su mayoría menores de 13 años de edad, se ofrecen en matrimonio en contra de su voluntad a pretendientes de la clase de notables saharauis o a caciques del Polisario.
«En esta zona desértica, donde la gente vive en un apagón total, el caso de matrimonio precoz bajo coacción son comunes, y las víctimas a menudo condenadas al silencio», lamentó el presidente de la asociación italiana METE Onlus, Giorgia Butera.
La activista italiana ha convocado el CDH sobre «una situación particularmente trágica» en Tinduf, dónde releva, «la comunidad internacional no puede ni intervenir, ni ser informada acerca de la magnitud del problema debido a la escandalosa escasez de datos «.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Italiana para la Protección de los Derechos Humanos (Protea), Sara Baresi, señaló a la atención del Consejo de Derechos Humanos sobre las consecuencias de la ausencia de cualquier censo de los habitantes de los campamentos de Tinduf, que es una verdadera fuente de preocupación para la comunidad internacional.
En ausencia de tal censo, dice, «no somos capaces de conocer el número exacto de nacimientos, los matrimonios precoces y los casos de invalidez, muerte y violencia.»
La presidenta de la asociación Protea también planteó el problema de adoctrinamiento sistemático de niños y jóvenes en los campamentos de Tinduf, cuya identidad es desnaturalizada por su separación a una edad temprana, de sus padres, por su reclutamiento en la milicia armada del Polisario.
«De Tinduf, seguimos recibiendo informes de un sistema de adoctrinamiento que no es para nada una emanación de un clima de libertad de pensamiento y de libertad de expresión», dijo Sara Baresi.
Tales prácticas desafían a la conciencia de todos los activistas de derechos humanos, especialmente los que siguen creyendo en la rectitud de la causa de los separatistas del Polisario.