Las sentadas de los cómplices del Frente Polisario y sus partidarios europeos que tienen la costumbre de organizar para defender sus intereses, políticos o financieros, o simplemente con fines de falsa propaganda, últimamente, fracasan en Europa y particularmente en España, Francia e Italia, donde se supone que tienen el mayor apoyo.
Las concentraciones organizadas a petición del Polisario, no atraián gran mundo ni entre los seguidores europeos o incluso entre los miembros de la diáspora saharaui en estos países. Como prueba, sólo hay mirar las pocas fotos en las redes sociales, los cuales muestran un puñado de hombres y mujeres reunidos en las sea dicho sentadas.
Las dos últimos se llevaron a cabo el 8 de noviembre en la plaza de Trocadero en París,en ocasión a los sangrientos sucesos de Gdeim Izik cerca de El Aaiún, y una senada el martes 27 de diciembre ante la Embajada de Marruecos en Madrid. Ambas sentadas fueron un fracaso probado, ya que no han sido capaces de reunir a más de cuarenta activistas europeos y saharauis.
Sin embargo, la marcha de París que se organizó con el apoyo de la Asociación de saharauis en Francia (ASF), la Asociación de la comunidad saharaui en Francia (ACSF) y la Plataforma (francesa) para la solidaridad con el pueblo del Sahara occidental.
La segunda manifestacion se llevó a cabo en la capital española, a petición de la Coordinación Estatal de asociaciones solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara) con el apoyo tradicional de la Confederación Española de Comisiones Obreras (CCOO) que apoya contra viento y marea las revendicaciones independentistas del Polisario.
Lo mismo ocurre con el caso de las provincias marroquiés del sahara occidental que conocen un respiro y donde las protestas de los cómplices del Polisario son extremadamente raras, especialmente desde el final de las visitas a la región, del perturbador enviado personal del Secretario General de la ONU para el Sahara, Christopher Ross.
Esto refleja, según un experto español en temas del Magreb, la dificultad de respiración inexorable de la propaganda del Polisario que ya no interesa a nadie, incluso entre los saharauis que creen firmemente en las promesas de los líderes separatistas instalados en Rabuni en los campamentos de Tinduf. Es también, dice el experto español, los primeros signos de la decadencia de la quimérica República Saharaui.