El presidente mauritano Mohamed Ould Abdel Aziz nombró el miércoles a un nuevo embajador en Marruecos, donde la misión diplomática estaba dirigida desde hace cinco años, que por un encargado de negocios a causa de las disputas políticas y diplomáticas entre los dos países, hemos sabido de de fuentes oficiales en Nuakchott.
Se trata de «Mohamed Lamin Uld Aboye, ex Ministro de agua y Saneamiento, que sirvió también como embajador en varias capitales africanas, sobre todo Dakar y Niamey.
Por otro lado, los observadores buscan saber si la designación del nuevo embajador de Mauritania en espera de ser aprobada por las autoridades de Rabat antes de incorporarse a su puesto, constituye un signo precursor de deshielo de las relaciones mantenidas mucho tiempo en tensión entre los dos países vecinos debido a algunas diferencias políticas y diplomáticas.
Hasta la fecha de este nombramiento, los dirigentes de ambos países han sido capaces de mostrar moderación en los últimos años, para evitar cualquier escalada, incluso durante la grave crisis que enfrentó a la seguridad marroquí y las milicias armadas del Polisario en el puesto fronterizo de Guerguerat, el único cruce terrestre oficial entre Marruecos y Mauritania.
A pesar de esta restricción, el poder en Nuakchott acusó a Marruecos de albergar a los oponentes de su régimen y Marruecos observó a regañadientes el acercamiento entre Nuakchot y el Polisario y el régimen argelino, sus principales rivales en el conflicto del Sahara.
La tensión ha disminuido relativamente desde el anuncio de la decisión de Rabat de «expulsar» del reino al opositor Mauritano Mohamed Ould Bouamatou acusado por Nuakchott de financiar actos de rebelión en el país e incitar a los senadores de Mauritania a oponerse al proyecto del referéndum constitucional celebrado en agosto pasado por iniciativa del presidente Aziz.
Sin embargo, el reconocimiento por Mauritania de la supuesta República saharaui (RASD) proclamada por el Polisario, es la culminación de la tensión de las relaciones entre los dos vecinos del Magreb.
Este reconocimiento ha exacerbado aún más la relación entre los dos países hermanos que una vez estuvieron muy cerca el uno del otro.