Madrid trata de rectificar el tiro después de una reciente salida mediàtica en Argel, el jefe de la diplomacia, cuyos comentarios fueron juzgados en Rabat, hostiles a la posición marroquí en el conflicto del Sáhara Occidental.
España, cuyos relaciones son excelentes en todos los aspectos con su vecino marroquí , ha reafirmado su «compromiso activo» para lograr una «solucion política, justa, duradera y mutuamente aceptable «. a la cuestion del sàhara.
Hace diez días, el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo , visitó el 11 de abril Argel, se había francamente adherido con la posición defendida por Argelia en el conflicto territorial con Marruecos sobre el Sahara occidental .
Utilizó en sus declaraciones, terminologías que son queridas para los gobernantes de Argel, a saber, el Sahara «una cuestión de descolonización» y » la autodeterminación del pueblo saharaui «.
Margallo que fue a Argel para discutir principalmente el suministro de gas natural a la UE a raíz de las tensiones que surgieronn entre Bruselas y Moscú después de la intervención militar rusa en Ucrania, habria intentado de convencer a las más altas autoridades de Argel para realizar la transacción de gas que beneficiaría en primer lugar a España.
Un informe anual sobre la seguridad nacional de España, adoptado el 25 de abril por el Consejo de Ministros, se disocia completamente de las observaciones hechas por el jefe de la diplomacia española durante su estancia en Argel.
En este documento, el Departamento de Seguridad Nacional bajo la Presidencia del Gobierno español , reafirma que «de conformidad con las resoluciones de la ONU, España, como miembro del Grupo de Amigos del Sáhara, reitera su compromiso activo para llegar a una solucion política, justa, duradera y mutuamente aceptable «para con la cuestión del Sahara .
El informe en cuestión no evoca para nada «descolonización» o «autodeterminación». Sin embargo, las cuestiones de seguridad y los peligros que acechan España son abordados en primer lugar dice el informe. Los responsables españoles nos han acostumbrado a practicar un doble lenguaje que cambia con los intereses de su país, pero es a los marroquíes que incumbe de llamar la atencion, a cada desvio o errror.