Los representantes de la ONU han estado maravillados por la calma de corazón que prevalece en el Sáhara Occidental. Llegados el martes a El Aaiún, la principal ciudad de la región, miembros de la delegación del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, se diéron cuenta de primera mano que los alegatos del Polisario y Argelia sobre presuntas violaciónes de derechos humanos, son un puro engaño.
Lo qué ciertamente convenció a los representantes de la ONU, es la innegable tranquilidad en el Sáhara Occidental, donde la población saharaui está ocupada en sus actividades diarias. A pesar de los intentos de una docena de adolescentes que intentaron provocar a la policía arrojando piedras, la policía permaneció impasible. Los smartphones de costumbre rápidos en aprovechar el minimo gesto, no han tenido nada que colgar en las redes sociales, privando a la propaganda a la propaganda del Polisario de argumentos pagados a precio de oro por Argelia.
Mientras tanto, los miembros de la delegación del HCDH tuvieron conversaciones en la antena del CNDH en el Sáhara Occidental, así como CON miembros de CODESA, la asociación presidida por la pro-Polisario Aminatou Haidar. Todas estás actividades se llevaron a cabo pacíficamente.
Una situación que ya ha sido aprobada por el Secretario General de la ONU en su informe de abril al Consejo de Seguridad. De hecho, Ban Ki-Moon reconoce que la situación era «tranquila» en el Sáhara Occidental. Está es, probablemente, también la fuerza de los hechos según se desenvuelven sobre el terreno que trajo el SG de la ONU a simplemente ignorar las llamadas de Argelia, el Polisario y la Unión Africana para prorrogar el mandato de la MINURSO a las cuestiones de los derechos humanos.
Muchos países también se dieron cuenta de que violaciónes de los derechos humanos agitados por el Frente Polisario y la plataforma de medios de comunicación financiadas por Argelia son desmentidas por los hechos. Están definitivamente convencidos de que estas acusaciones están destinadas principalmente para bloquear el proceso político iniciado por el plan de autonomía. Un plan de puesto sobre la mesa por Marruecos y que el Consejo de Seguridad calificó de base «seria y creíble» para la solución de la cuestión del Sáhara Occidental.