Marruecos, que se ha comprometido desde principios de marzo, en un conflicto diplomático con el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon sobre la cuestión del Sahara, no parece estar predispuesto a renunciar, por el contrario, parece más que nunca , determinado a ganar el caso, ya que este caso afecta a su soberanía.
La última medida adoptada por Rabat en represalia en contra de las palabras y gestos provocativos de Ban durante su visita a principios de marzo en Argelia, durante la cual describió como «ocupación», la presencia marroquí en el Sahara Occidental, dijo, consistía en una peticion a la ONU para cerrar una oficina de enlace de la Misión de la MINURSO en Dakhla.
La MINURSO recibió una solicitud para cerrar su oficina de enlace militar en Dakhla, confirmó el lunes el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, quién agregó que esta es la primera solicitud directamente al componente militar de la MINURSO después de la expulsión siempre a petición del gobierno de Marruecos, de cerca de 80 miembros civiles de la misión de la ONU en el Sahara, y dos expertos militares, expulsados ??el domingo pasado por exceder los límites de la misión que se les ha asignado.
En paralelo con las respuestas de los gobiernos de Marruecos, los diplomáticos de la ONU y el Consejo de Seguridad continúa en Nueva York, sus negociaciones con los representantes del Reino con la esperanza de alcanzar una solución mutuamente aceptable a la controversia entre Marruecos y el Secretario general de la ONU.
Después de una reunión celebrada el 19 de marzo y cuyos resultados no han satisfecho las exigencias de Ban Ki-Moon, este último insistió en la celebración de este lunes, de una nueva reunión informal con los embajadores de 15 países del Consejo, con la esperanza de relanzar la cuestión conflicto del Sahara, pero de obtener su apoyo en su enfrentamiento con Marruecos.
Detrás de las escenas de la ONU, se dice que después de haber presentado sus disculpas al jefe de la diplomacia marroquí, Salaheddine Mezouar, el SG de la ONU luego se retractó por temor a alentar a otros países a seguir su ejemplo a Marruecos, en sus disputas con los cuadros de la ONU.