La cuestión del Sahara debe ser uno de los principales puntos discutidos por el rey Mohammed VI con los dirigentes del Golfo Árabe, en la primera cumbre Marruecos-CCG, que se celebra el miércoles 20 de abril en Riad.
Sobre la cuestión del Sahara, que es un escollo en las relaciones entre Marruecos y Argelia, los ricos estados del Golfo han siempre observado una actitud firme de apoyo a su aliado Marroquí en el Magreb. Una posición reafirmada recientemente otra vez el 7 de abril en Manama, en una reunión de ministros de Exteriores de los países del CCG con el secretario de estado, John Kerry.
Los cancilleres del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, EAU, Qatar, Kuwait, Bahrein y Omán), habían insistido ante su homólogo estadounidense sobre la necesidad de apoyar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para poner fin al conflicto regional sobre el Sahara. Una propuesta de un amplio apoyo internacional, pero rechazada por Argelia, que apoya al Polisario.
Además de la cuestión del Sahara, las discusiones de Mohammed VI con los dirigentes árabes del CCG también deberían centrarse en cuestiones militares y de seguridad. Como un aliado importante de los países del Golfo, Marruecos se ha comprometido en la coalición árabe liderada por Arabia Saudita en Yemen para restaurar el poder del legítimo presidente Abd Rabbo Mansour Hadi.
Marruecos se coloca también con los países del Golfo en el marco de la fuerza árabe de defensa común, dedicada a la lucha contra el terrorismo y las amenazas de partición de la región.
Del punto de vista económico, Marruecos y los países del CCG cuentan sobre sus estrechas relaciones para impulsar la asociación estratégica entre las dos partes. Una perspectiva proyectada a corto plazo ahora, ya que los Estados del Golfo intensifican su inversión directa en el exterior, dónde detentan unos 3.500 millones de dólares.
Con sus regulaciones favorables para la inversión extranjera, Marruecos espera para drenar un poco de esa masa. En 2014, los flujos del IED a Marruecos proveniente de los países del CCG llegaron a mil millones de euros, en alza de 82% con respecto de 2013.