El presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, realiza una visita de trabajo de dos días a Marruecos antes de volar a los campamentos de Tinduf en Argelia como parte de los preparativos para la 31ª Cumbre de Jefes. Estado y Gobierno de África prevista para el próximo mes de julio en Nuakchott, Mauritania.
La visita de Moussa Faki coincide con el final de la gira del jefe del Frente Polisario, Brahim Ghali, por cuatro países del sur de África del 27 de mayo al 5 de junio.
Si el viaje del presidente de la Comisión de la UA se justifica por su buena disposición para preparar los dossiers, incluyendo el del Sahara, que se discutirá en la cumbre africana en Nuakchott, el viaje de Brahim Ghali, que le llevó a Namibia, Lesotho, Botswana y Sudáfrica, tiene como principal objetivo de movilizar a los dirigentes de estos países hacia las causas quiméricas de la llamada República Saharaui «RASD».
Tras la ofensiva diplomática emprendida por Marruecos desde su readmisión en la Unión Africana a finales de enero de 2017, el alcance y el número de aliados del Polisario se han reducido drásticamente, ya que incluso en el sur de África, donde el frente separatista reclamaba un gran número de simpatizantes, hoy solo 8 de los 15 países miembros de la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC) aún reconocen la pseudo-RASD.
Fuertemente debilitado en las Naciones Unidas y dentro de la Unión Europea, el Polisario también está perdiendo impulso en el tablero de ajedrez africano. Ya no puede contar con la maquinaria diplomática argelina que se ha quedado sin combustible y se ha visto seriamente empañada por la caza de brujas contra los migrantes subsaharianos que se han aventurado en territorio argelino para ir a Europa.
El tratamiento inhumano reservado por las autoridades argelinas para los migrantes subsaharianos será uno de los temas candentes que animarán los debates de la 31ª Cumbre Africana.
Es muy probable que los dirigentes de Argel, el Polisario y sus aliados tradicionales estén decepcionados por las recomendaciones que se adoptarán en la cumbre de Nuakchott sobre estos dos temas, el Sahara y los migrantes africanos.
Lo cierto por el momento es que Marruecos, con el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU en su resolución 2414, no está listo para ceder a la Unión Africana el más mínimo papel de arbitraje en la disputa territorial con el Polisario y su patrocinador argelino.