La creciente revuelta de jóvenes saharauis contra el sistema represivo desarrollado por el Polisario en los campamentos de Tinduf, en Argelia, empuja cada vez más el Frente a estrechar el cerco en torno a sus oponentes.
Mohamed Abdelaziz,dirigente del frente, que disputa a Marruecos la independencia del Sáhara Occidental con el apoyo de Argelia, ha él mismo reconocido el aumento de la protesta. «El Frente se enfrenta a la presión de los jóvenes, cansados de vivir en los campamentos», reconoció el jefe del Polisario, pero sólo para justificar la amenaza de la vuelta a las armas. Sin embargo, no dio más detalles sobre el origen de las armas de las cuàles dispone el Polisario, ni que es Argel quién financia a golpe de miles de millones de petrodólares el apoyo político de algunos países africanos. Sin embargo, este apoyo político se limita a unos pocos países y, con la desaparición del régimen de Gaddafi ya no brindan asistencia financiera para el Polisario, excepto la de Argelia.
De hecho, los opositores saharauis al Polisario agrupados en el Movimiento de Jóvenes por el Cambio, luchan primero por la salida de Mohamed Abdelaziz. Ya no creen en las promesas del lider del Frente Polisario que controla el Frente con mano de hierro desde casi 40 años, con el apoyo de los servicios secretos argelinos. Los jóvenes están indignados por la influencia del Polisario y el DRS argelino en los campamentos de Tinduf y, especialmente, desesperados por la falta de perspectivas de su exilio forzado.
En estos campamentos aislados del resto de del mundo, los saharauis no tienen derecho a la libre expresión y los medios de comunicacion independientes internacionales no tienen acceso a los campamentos. Y si fuera poco, los saharauis ni siquiera puede moverse fuera de los campamentos, sin la autorización expresa del DRS Argelino, a través del Polisario. Es en este clima extremadamente tenso que «las protestas son cada vez más numerosas y toman como diana la dirección del Polisario», revela asi la revista Jane’s.