Una película documental titulada «Sahel y Sahara – conexiones de tráfico, drogas y terrorismo» se proyectó el martes por la tarde en Oslo, la capital noruega, y en el que el director marroquí Hassan El Bouharrouti ha desvelado, y con justificación, la verdadera cara horrible de los dirigentes del Polisario.
Proyectada con motivo de un seminario organizado por la sección noruega de la Coordinación de los marroquíes de Escandinavia y el norte de Europa, bajo el signo de » Sahel y Sahara: desafíos por la paz y la seguridad», el documental de cuarenta minutos vuelve a la génesis y las acciones de los movimientos terroristas en el espacio sahelo-sahariano. El documental ya ha sido proyectado por primera vez en el Parlamento Europeo el 26 de abril, luego, en Estocolmo, analiza la anarquía y la inseguridad que se vive en este espacio debido a la presencia de una gran cantidad de grupos terroristas y bandas criminales.
La película muestra cómo este espacio se ha transformado con el tiempo, en una zona de anarquía antes de convertirse en una multinacional de terrorismo, alimentado por el crimen de negocio, el secuestro, el tráfico de drogas, la trata de seres humanos y tráfico de todo tipo.
Basándose en el testimonio de expertos, el autor de la película traza la historia de la implantación de grupos terroristas en la franja del Sahel, desde la guerra civil en Argelia en la década de 1990, pasando por la caída del régimen de Libio de Gadafi en 2011 y que había generado una proliferación de armas de guerra tomadas de las reservas libias y la fusión de varios grupos terroristas.
Sobre la base del testimonio de ex rehenes del Polisario, el realizador arroja la luz sobre los vínculos establecidos por los elementos del Frente separatista saharaui con estos grupos criminales, y sus implicaciones en muchas operaciones criminales (venta de armas y drogas) en el Sahel, secuestros, malversación de fondos de ayuda humanitaria u otros actos terroristas. Para Hassan El Bouharrouti la connivencia entre el Polisario y las bandas terroristas y las bandas criminales no deja lugar a dudas.
A través de su documental cuya ejecución duró 18 meses El Bouharrouti quería por encima de todo desenmascarar la verdadera cara de la dirección del Polisario, sus abusos y las graves violaciones de los derechos básicos de las poblaciones secuestradas en los campamentos de Tinduf.