Testimonio de la mala vida que prevalece en los campamentos del Polisario en Tinduf, el caso de la joven saharaui Darya arroja nueva luz tanto sobre la arbitrariedad sufrida por los saharauis presos de las exacciones del movimiento patrocinado por Argelia.
Darya Embark Salma ahora con 25 años de edad, fue adoptada muy joven por una familia española que vive en Tenerife, donde adquirió el gusto de la dulzura de la vida de las Islas Canarias. Pero se arrepentirá para siempre ese día enero de 2013 cuando decide viajar a Argelia, precisamente a los campamentos de Tinduf, para visitar a su familia biológica. Allí, en los campamentos de la anarquía, Darya fue simplemente impidida a regresar con su familia adoptiva en Tenerife. Y a pesar de numerosas súplicas, su voz será completamente ignorada tanto por el Polisario y Argelia que por los responsables y medios de comunicación españoles.
Hizó falta el caso similar de Mahjuba en octubre de 2014, para que Dariya recuperase la esperanza. La procesión de las denuncias y presiones de la Generalitat Valenciana y las autoridades de Madrid tuvierono finalmente razon a la obstinación del jefe líder del Polisario, Mohamed Abdelaziz y de los altos mandos del DRS argelino. Acorralados, éstos consintieron a una exfiltración de Mahjuba, maquillada en fuga, sabiendo que esto releva de lo imposible escapar de los campamentos de Tinduf. Hoy Darya espera de que el mismo espíritu de solidaridad continué en España hasta su liberación.
Estos casos humanitarios dolorosos recuerdan la situación de la mujer en los campamentos, donde a menudo son víctimas de abuso y secuestro y son el eslabón débil de estos campamentos ya poco aventajados por el salvaje desierto. El caso más emblemático sin duda siendo la de Fetim Salem, la mujer reducida a la esclavitud, y cuya historia fue revelada en 2009 por periodistas australianos en el documental «Stolen».